Esta obra, situada en el paseo principal de acceso al Parque Juan Carlos I, representa unos gigantescos dedos parcialmente sumergidos en el pavimento. Realizada por el escultor chileno Mario Irarrázabal en 1987. Se trata de la segunda de un conjunto de otras cuatro similares del mismo autor: La primera de ellas, La Mano, fue inaugurada en Punta del Este (Uruguay) en 1982. Le siguieron la de Madrid y posteriormente La mano del desierto, al sur de Antofagasta (Chile) en el desierto de Atacama, en 1992 y la que está en Venecia de 1995. Existe también otra en Puerto Natales, al sur de Chile, pero en este caso parece que no es original del autor.
Anteriormente estaba ubicada en 1987 en la calle de Alcalá, frente al Círculo de Bellas Artes, con motivo de la exposición Chile Vive. Tras unos años instalada en el Cuartel del Conde Duque fue instalada en su actual emplazamiento el 27 de noviembre de 1994 en un acto presidido por el Alcalde José María Álvarez del Manzano y el embajador de Chile, Álvaro Briones Ramírez, tal como aparece reflejado en una placa junto al monumento.
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