El edificio situado en la calle Alameda fue construido por el arquitecto Manuel Álvarez Naya en 1925. Situado entre las calles Alameda y Cenicero, en el barrio de las Letras es un buen ejemplo de arquitectura industrial en pleno centro de Madrid. Fue encargado por la Sociedad Belga de los Pinares del Paular y como su nombre indica era propiedad de una compañía que fue fundada por unos empresarios de origen belga asentados en España desde 1840 dedicados a la explotación maderera que sacaron provecho de los terrenos afectados por la Desamortización de Mendizabal, en concreto de los pertenecientes al Monasterio del Paular, cuyas plantaciones de pinos pasaron a llamarse desde entonces como "Pinares de los Belgas". El edificio constaba de dos grandes naves, una dedicada a serrería y talleres y la otra estaba destinada a secadero y almacén. Disponía de una tecnología avanzada con personal especializado que surtía a pequeñas empresas de carpinteros y ebanistas Su mejor momento tuvo lugar tras la Guerra Civil, en el que la demanda de madera para la reconstrucción de los edificios aumentó exponencialmente. Al disponer de un grupo electrógeno propio, los frecuentes cortes eléctricos no representaban un serio problema, que de otro modo obligarían a parar la producción. En esta época la Serrería disponía de unos 100 empleados.
La decadencia llegaría en los años 50, en una época en que las industrias comienzan a instalarse en la periferia y a partir de finales de los años 70, solo se mantiene una actividad reducida de almacén y un pequeño taller de molduras en la calle Cenicero. Cerrando finalmente en los años 90, el complejo quedó abandonado. En 2005 el incendio de la Subestación Eléctrica del Mediodía libera un espacio que se aprovecha para crear el acceso actual a la antigua Serrería que tras ser adquirida por el Ayuntamiento de Madrid, alberga desde el año 2013 el complejo cultural Medialab Prado.
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