Construida entre 1922 y 1923, la Nave de Motores de Pacífico, comenzó a funcionar de inmediato, aunque no se inauguró hasta 1924. En su interior se encuentran tres enormes motores diésel, maquinaria diversa (alternadores, transformadores, etc.), un panel de mandos y diversa parafernalia de la época como carteles, instrumental o incluso algunas papeleras. También encontramos cenefas y otros motivos decorativos típicos de los años 20. Estos diseños que podemos encontrar en otras estaciones como Tirso de Molina o la remodelada estación de Gran Vía, son atribuibles al "Gaudí madrileño", Antonio Palacios. En esta época, estos motores eran los encargados de generar y transformar la energía con la que trabajaban los trenes de toda la red de Metro de Madrid. Durante la posterior Guerra Civil Española, (1936-1939), jugó un papel importante, ya que debido a las restricciones, la nave de locomotoras llegó a generar electricidad a toda la ciudad. Con el tiempo, las empresas energéticas consiguieron asegurar un suministro cada vez más regular y esta central, que en ese momento era la más grande de España, quedó obsoleta en gran medida en la década de los años 50. Tras una larga decadencia se cierra definitivamente en 1972.
El edificio, modelo de construcción industrial de los años 20, fue diseñado por Antonio Palacios hace ya, prácticamente un siglo, destaca por la claridad de su concepción, la atención al detalle y la buena ejecución, características de la obra del arquitecto gallego. El edificio estuvo abandonado hasta 2006, cuando un acuerdo entre el Ayuntamiento y la Red de Metro ayudó a devolver a esta nave industrial su aspecto original, incluida la limpieza y restauración de la maquinaria en su interior.
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Calle de Valderribas, 49, Madrid. Entrada gratuita previa reserva en la página museosmetromadrid.es
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