En el centro de Madrid, en muchas fachadas se pueden ver unos misteriosos azulejos blancos con letras azules con la leyenda "Visita G L Manzana n.º xxx" el Estos carteles están instalados ahí desde mediados del siglo XVIII, habiéndose perdido su sentido original que está íntimamente relacionado con la recaudación de impuestos y la planimetría de Madrid. Tal día como hoy, un 22 de octubre de 1749 el rey Fernando VI encargó a su ministro de Hacienda el Marqués de la Ensenada una reforma fiscal para identificar y catalogar todos los bienes y rentas de los ciudadanos del Reino de Castilla.
La palabra "censo" proviene del término latino censere que significa juzgar o evaluar. Por ello, desde tiempos remotos se han realizado censos para identificar el numero de personas que viven en un lugar determinado con el fin de recaudar impuestos. Además de personas, a lo largo de la historia, también se han evaluado el numero de viviendas que existen en las distintas poblaciones. Es lo que se denomina Catastro, que proviene de la palabra griega κατάστιχον, es decir registro. De esta manera se tiene una idea de la extensión geográfica de un municipio para establecer de acuerdo a la extensión de los inmuebles, ya sean rústicos o urbanos los distintos niveles impositivos. En Castilla, el Becerro de las Behetrías (entendiéndose como behetrías aquellas poblaciones que tienen derecho a elegir a su señor) es uno de los catastros más antiguos que se conocen y que fue realizado durante el reinado de Pedro I de Castilla (1350-1366). Pero no fue hasta el periodo de La Ilustración cuando censos y catastros comenzaron a realizarse de manera más cotidiana. De esta manera, en 1749, durante el reinado de Fernando VI, se realizó la llamada Visita General de Regalía de Aposento. Su origen data del momento en el cual Felipe II decide establecer la capital del estado en la ciudad de Madrid. Ello origina que muchas personas se establezcan en la ciudad, atraídas por el establecimiento aquí de la Corte. Pero la escasez de viviendas hizo necesario que se obligara a los propietarios a ceder la mitad de su casa (Regalía de Aposento) a los distintos funcionarios o cortesanos o de no ser posible se pagara un tributo anual por este concepto. Esta situación derivó en una situación compleja y un aumento de la picaresca por parte de los madrileños. Uno de los fraudes más comunes eran las llamadas casas de incómoda repartición que se construían de manera que fuera complicado alojar en ellas miembros de la Corte. También existían las casas de malicia que aunque disponían de dos plantas, la fachada sólo disponía de una y de esta manera trataban de engañar al visitador. Una casa de malicia identificable hoy en día, se encuentra en la esquina de la Calle Redondilla con la de Mancebos en el distrito de Latina. También tuvo gran importancia esta Visita General a la hora de realizar una planimetría de la ciudad de Madrid. En 1988 la editorial Tabapress publicó una gran obra en facsimil, la Planimetría General de Madrid, en dos tomos. En el primero se reflejan los distintos asientos y en el segundo se incluyen los diferentes planos. En La visita General, a cargo del todopoderoso Marqués de la Ensenada que actuaba como Secretario General de Hacienda recogieron datos de los propietarios, plano de las manzanas, estructura y dimensiones de los inmuebles, numero de inquilinos de cada vivienda y cantidad impositiva que correspondería a cada uno de ellos. Cada manzana se numeraba para identificarla de forma precisa y de esta manera determinar futuros tributos, dando como resultado un total de 557 manzanas y 7049 casas. Aún hoy se pueden ver en la zona central de Madrid los azulejos que designaban la manzana sujeta a tributación.
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