San Isidro, fue un campesino mozárabe de origen humilde que nació en Madrid en lo que entonces era la Taifa de Toledo. La zona fue reconquistada por Alfonso VI en virtud de un intercambio territorial realizado con el rey moro Al-Qádir. Juan de Vargas, uno de los señores feudales que participaron en aquella Reconquista, recibió estas tierras viviendo en esta casa donde servía el santo. Cuenta la leyenda que un día, mientras Isidro trabajaba en el campo, María estaba cuidando a su hijo, cuando éste, en un descuido cayó al pozo. En palabras de Nicolás José de la Cruz, en su libro de 1790 sobre la vida de San Isidoro: “Ambos se arrodillaron junto al pozo pidiendo a Nuestro Señor que por su Santa Madre los consolara en esa aflicción… ¡Algo claramente raro! Mientras oraban, el nivel del agua en el pozo subió y subió, hasta que se niveló con la acera. Sobre ella, en la superficie, se levantaba el niño sentado, vivo y sonriente, chapoteando con las manos en el agua ”. La tradición ha situado siempre el pozo del milagro en el interior de la casa de Juan de Vargas, recuperado para el Museo de los Orígenes y que hoy podemos observar, aunque las excavaciones arqueológicas realizadas en el solar a finales del siglo pasado advirtieron que la construcción de éste pudo ser muy posterior. Investigaciones más recientes lo sitúan en los cimientos del Colegio de San Idelfonso. En cuanto al edificio donde se haya el pozo, es una reconstrucción de otro, demolido en 1972. En ella se incluyeron elementos de la estructura original, incluida la Capilla de San Isidro del siglo XVI, que está asociada con las estancias que ocuparon el santo y su esposa. Esa estructura era un palacio del siglo XVI construido sobre el original de Vargas y ocupado por el Nuncio Apostólico. Perteneció a diversas figuras nobles hasta 1986, cuando fue adquirido por el Ayuntamiento de Madrid.
En el mismo lugar que una vez albergó la casa de la noble familia Vargas, donde San Isidro y su esposa María de la Cabeza, trabajaban como sirvientes, quedan pocos restos, sólo un antiguo pozo construido en el siglo XII, precisamente en la época en que sucede el llamado Milagro del Pozo. Las investigaciones arqueológicas realizadas entre 1989 y 1997 habían descubierto en el piso del edificio, un cementerio y este pozo, el cual albergaba cerámica hispano-musulmana de los siglos X y XI. Hoy es parte del Museo de los Orígenes o de San Isidro, llamado así en honor al santo patrón de Madrid y que cubre la más profunda y antigua historia de la ciudad exhibiendo objetos desde el período Paleolítico hasta la Edad Moderna.
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