Un humilladero es según el Diccionario de la R.A.E. aquel "lugar devoto que suele haber a las entradas o salidas de los pueblos y junto a los caminos, con una cruz o imagen" y es precisamente donde hoy se halla esta pequeña ermita de 35 m² situada en en número 44 de la calle Fuencarral donde desde antaño existía un arco que formaba la puerta de la caballeriza del Marqués de Torrecilla y que daba nombre a la calle de Santa María del Arco, hoy Augusto Figueroa. Bajo aquel arco estaba expuesto un cuadro de Nuestra Señora de la Soledad alumbrado con un farolillo. La actual capilla data de 1712 construida en ladrillo y sillería para albergar la venerada imagen de la Virgen y está plenamente integrada en el centro de la ciudad donde destaca por sus pequeñas proporciones con los edificios adyacentes. A través de la gran puerta de arco de medio punto podemos ver desde la misma entrada todo el exiguo espacio donde encontramos el citado lienzo de la Virgen de la Soledad enmarcada en un altar de estilo jónico y el Cristo Crucificado del Consuelo, realizado a tamaño real que a pesar que un cartel adjunto indica que es del siglo XVI, en realidad parece ser que data del XVII.
Hasta el año 2000 se celebraban misas aquí que se seguían desde la calle, pero la estrechez de la acera y el numeroso tránsito de vehículos (ahora es peatonal) motivó que se suspendieran. Otra curiosidad de este lugar es el asesinato del teniente de la Guardia de Asalto José Castillo que se produjo el 12 de julio de 1936 a manos de pistoleros de extrema derecha a las puertas de la ermita. Horas después y en represalia matarían al político José Calvo Sotelo. Ambos asesinatos fueron el detonante que motivó la Guerra Civil Española (1936-1939)
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