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La elefanta Pizarro, protagonista de este lugar (Fuente Ayuntamiento de Madrid) |
Dentro del proceso de rehabilitación del espacio histórico que constituye la torre o castillete de telegrafía óptica situado en el sureste del Parque del Retiro, se ha recuperado uno de los elementos más singulares y olvidados del pasado madrileño: el Baño de la Elefanta, un antiguo estanque con rampa que, en su tiempo, sirvió para la limpieza los animales de la Casa de Fieras, el antiguo parque zoológico de Madrid. El estanque ya existía antes que el castillo meteorológico y fue siempre conocido como “el baño
de la elefanta”; referencia que empleó la prensa cuando difundió la noticia de la
construcción del castillo en 1850. Así, el periódico ˈEl Clamorˈ, en su edición de 15 de
octubre de 1850, informaba que “se está concluyendo en El Retiro junto al baño de la
elefanta el nuevo telégrafo”Aunque dicho estanque ya no existe, el proyecto ha recreado la traza del antiguo muro utilizando una doble hilera de ladrillo rojo, incrustada en el pavimento para señalar su estructura original. Además, una inscripción con su nombre en letras de acero ha sido instalada para reconocer su relevancia histórica. Para complementar esta evocación del pasado, los visitantes pueden encontrar un cartel informativo que detalla la historia del espacio y su función dentro del antiguo zoológico.
A pesar de haber quedado oculto durante décadas, el Baño de la Elefanta dejó huella en numerosos planos, documentos e imágenes de época, muchos de ellos publicados en la prensa. Su desaparición fue consecuencia del traslado de los animales al nuevo Zoo de Madrid, momento en el que el estanque quedó sepultado bajo tierra. Sin embargo, su memoria se mantiene viva a través de su habitante más célebre: Pizarro, una elefanta que, al menos en sus últimos años, fue conducida por sus cuidadores hasta el estanque para refrescarse y asearse. Pizarro llegó a Madrid en 1863, y no tardó en convertirse en una figura popular. Su domador la llevaba a plazas de toros de toda España, donde el público podía maravillarse con su destreza y valentía frente a los toros. Fue una época en la que los espectáculos con animales eran comunes y formaban parte del entretenimiento popular. De la popularidad de la elefanta queda huella en los artículos de la prensa de entonces como éste del Diario la Discusión de 6 de abril de 1865 donde se describe la "noche loca" de Pizarro por las calles de Madrid tras escaparse de la antigua plaza de toros de los Campos Elíseos, hoy desaparecida y que estaría ubicada entre las actuales calles de Jorge Juan y Alcalá: "El martes por la noche á las diez y media el corpulento y feroz elefante, encerrado en la plaza de toros de los Campos Elíseos, rompió las cadenas que le tenían sujeto, se salió de la plaza, rompiendo vallas, puertas y cerrojos, y después de dar unos cuantos paseos por los jardines, rompiendo árboles, faroles y causando algunos destrozos en las plantaciones, emprendió á trompadas con la puerta de salida, el portero no salió pronto y acometió también a su casilla; la derribó, derribó la puerta de salida dando feroces rugidos en medio de la carretera de Aragón. Despiertan los vecinos, se echan a la calle y armados de palos, pistolas y escopetas tratan de dar alcance al elefante; pero este huye, se mete en la tela, embiste á tres carretas, las destroza, maltrata á algunos bueyes y se dirige hacia la tahona de San José al olor del pan. Tan luego como llegó á la puerta llamó dos ó tres veces y sin atender á las voces de ¡ya van! con que le respondían desde adentro, derribó la puerta y sació su apetito en la tahona engulléndose cerca de una fanega de pan. Llegaron sus dueños, y la autoridad, que tuvo noticia de este desmán, se dirigió hacia el sitio de la ocurrencia y después de haberse asegurado que los dueños del elefante no tenían la culpa de la ocurrencia, se tomaron las precauciones convenientes para reducir al Pizarro á su prisión y la calma quedó completamente restablecida á la una y media de la madrugada. Los destrozos han sido considerables; en la plaza de los Campos Elíseos se ocupan hoy ocho operarios en componer lo destrozado y los jardines también han sufrido bastante."
Las atracciones de enfrentamientos de animales quedaron atras y el estanque fue utilizado por otros animales y otro paquidermo como fue el elefante Perico que tuvo una larga vida en cautividad en la Casa de Fieras. Posteriormente el estanque fue utilizado para que se pudieran bañar los perros bajo una módica cantidad y como se atestigua en fotos de la época era un lugar popular en el parque del Retiro. Posteriormente tras ser desplazados los animales a su actual emplazamiento en el Zoo de la Casa de Campo el baño fue enterrado y olvidado durante decadas. Ésto fue así hasta 2001, cuando los restos arqueológicos del estanque fueron finalmente hallados, devolviendo a Madrid una parte olvidada de su historia permitiendo a todos aquellos que visitan este lugar, al menos con la imaginación, hacerse una idea, de aquellos días en que la díscola elefanta Pizarro descendía por la rampa para disfrutar del agua y descansar de aquella vida de exhibición.
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Ubicación de la plaza de Toros de los Campos Elíseos (Dominio Público) |
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Fotografía que nos muestra la época en que el baño era utilizado para el baño de los perros (Fuente: Auntamiento de Madrid) |
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Letras en acero instaladas por el Ayuntamiento que nos indican la ubicación del recinto |
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En la imagen se aprecia en ladrillos rojos el perímetro del estanque donde se bañaban los animales |
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Cartel explicativo instalado por el Ayuntamiento de Madrid |
—Ayer ha llegado a Alicante, á las tres de la
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