Esta controvertida fuente sustituye a otra fuente más antigua del siglo XVII y está construida con retazos de otros monumentos . Algunos historiadores creen que se realizó materiales procedente de un antiguo convento de la orden Premonstratense que fue destruido durante la Guerra de la Independencia Española. Con 4,5 metros de altura, la Fuentecilla, también denominada como monumento a Fernando VII, fue diseñada por el arquitecto Alfonso Rodríguez, siendo inaugurada en 1815. El nombre parece proceder de la antigua fuente que aquí se encontraba de dimensiones más modestas. Estaba destinada a rendir homenaje a la entrada en Madrid del rey Fernando VII tras su exilio en Francia. Consta de una pilastra de planta cuadrangular que tiene adosado un zócalo (en el lado que da a la calle de Toledo) donde descansan dos animales que representan al antiguo escudo de Madrid , en concreto un oso y un grifo. En los lados Sur y Norte encontramos blasones históricos relacionados con la villa de Madrid. En la cara Oeste aparece una placa de piedra donde se recoge la siguiente descripción "A Fernando VII, el deseado, Ayuntamiento de la heroica villa de Madrid, Corregidor, el Conde de Montezuma, año de MDCCCXV” En la parte superior de la fuente encontramos un cubo de piedra en cuyos lados aparecen representadas las siete estrellas del escudo de Madrid (y que también aparece en la bandera de la Comunidad de Madrid) y coronando el monumento hay un león que simboliza la monarquía española que está erguido sobre dos globos terráqueos que representan los hemisferios terrestres que simboliza los antiguos dominios del Imperio español.
Un trozo de la historia de Madrid se encuentra en el interior de un anodino garaje subterráneo y constituye una agradable sorpresa para aquellos que buscan aparcamiento por las inmediaciones del Palacio Real. En efecto; se trata de los restos de la llamada Torre de los Huesos, construida en el siglo XI por los habitantes musulmanes del Madrid de aquella época cuando aún se llamaba Maǧrīţ. Se trataba de una torre de vigilancia situada en el exterior del recinto amurallado, junto al cauce del antiguo Arroyo del Arenal, establecida aquí dos siglos después de la construcción de las murallas musulmanas en el siglo IX. Su función consistiría en avisar del posible acercamiento de tropas de los reinos cristianos del norte en sus incursiones de saqueo por esta zona del centro de la Península. El nombre de esta atalaya deriva de la Huesa del Raf, el antiguo cementerio islámico, en cuyas cercanías se hallaba la torre. Cuando Alfonso VI conquistó la ciudad, la torre pasó a formar parte ...
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